martes, 3 de marzo de 2009

Coevolucion Cotidiana

Desde su origen en los primates, la evolución del ser humano se ha caracterizado por la habilidad cada vez más sofisticada que desarrolló para relacionarse con su entorno. A partir las adaptaciones de los primates para vivir en los árboles –visión estereoscópica, capacidad de medir distancias y profundidades, procesamiento del color, capacidad de agarres a mano llena- que llevaron a un cerebro con un tamaño sin precedentes, eventualmente unos cuantos primates volvieron al suelo y dieron lugar a los primeros homínidos que caminaban erguidos.

Desde este punto los cambios físicos fueron contados, con apenas un cambio en la postura, el desarrollo del índice y el pulgar oponibles y de la laringe para comunicarse. Desde el Homo Erectus con su inusitada habilidad para crear herramientas el cerebro ha sido la única parte del cuerpo en crecer; y desde la aparición del Homo Sapiens al parecer este también ha dejado de crecer.

A pesar del aparente “estancamiento” en la evolución física del hombre, la mayor herramienta con la que cuenta el hombre –su cerebro- le ha permitido crear formas de relacionarse con su entorno y de compartir con éste más información; teniendo en cuenta que su entorno es el Planeta mismo y lado la Sociedad de seres humanos con los que convive.

Estas relaciones se han vuelto cada vez más sofisticadas, permitiendo la transferencia de cada vez más información, y son quizás el mejor ejemplo del rumbo que ha tomado la evolución en el ser humano, orientada a involucrar la tecnología en estas relaciones.

Partiendo de esto, planteamos un escenario futuro donde el ser humano no ha evolucionado físicamente, donde la tecnología permite intercambiar cantidades de información casi infinitas, un futuro donde la complejidad de las relaciones entre seres humanos necesita nuevas herramientas para facilitar estas relaciones y permitirle al individuo estar al corriente de lo que sucede en su entorno.

En este futuro el Internet es omnipresente, cada edificio, cada cuadra, cada calle, y todo individuo tiene una información almacenada en la red y que puede accederse desde cualquier parte, gracias a complejas redes Bluetooth y WiFi.
Un individuo necesita ahora toda esta información para poder relacionarse con el entorno y no perder su estatus en esta red, por lo que necesitará una interfaz que le transmita en tiempo real esta información para mantenerse al día.

1 comentario:

  1. Èxposición de: Eduardo Cubillos, Diana Aldana, Santiago Camacho

    Comentarios por: Paloma Sanchez, Camila Santana, Mariana Torres, Juliana Brigard


    A nuestro modo de ver, vale la pena cuestionarse por esa cantidad de informacion que (en teorìa) nos permite relacionarnos con otros. Creemos que nos estariamos enfrentando no solo a un escenario en el cual predomina la informacion (en el cual ya estamos) ¿sino que no podría hablarse de igual manera de una deshumanización?

    Es importante preguntarse acerca de la veracidad de esa informacion que recibimos a través de la virtualidad, ¿qué tan real es?

    ¿En serio nos permite relacionarnos con nuestro entorno?

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